6.21.2016

Shirley, visions of reality





Y pues eso, que ya vi la película y me gustó. Lo cierto es que aborda asuntos «arcaicos» y «fuera de moda» (saludos a la segunda guerra mundial, al incipiente terror comunista auspiciada por la crisis del 29, así como al erotismo ochentero y lynchiano) y, por lo mismo, cumple perfecto con la tendencia posmoderna, esa la de buscar las prendas más «out» en el velís de la abuela y poderlas lucir en un picnik-chick a las afueras del Tamayo… Sin embargo, la película también nos viene manejando lo que han sido los mismos y misteriosos temas desde siempre: la luz, la sombra, la soledad, el silencio y el tiempo. Y es justo aquí donde si trenzamos a los impresionistas con la alegoría de la caverna de Platón y a la concepción de «el instante» de Farabeuf, la cosa se pone buena y amable tanto que podemos hacer a un lado a todas las obras de Hopper, a la -floja- historia de fondo y al arte experimental, para asumirnos como simples mortales vulnerables a 89 minutos de vida. O algo así.


https://www.youtube.com/watch?v=n12IqtouuqY

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