10.02.2014

Creo en nada y dudo de todo

Yo no soy fan ni seguidor de nadie. A los dioses los mandé de vacaciones con el culo por delante. Los ídolos, por simples, me aburren. Las estrellas existen sólo de noche y sólo si me digno a verlas. Músicos, poetas, narradores y pintores, son mis payasos que guardo en libros ciegos, o sea desojados. Creo en el amor hasta a que duele, hasta que se acaba, a diferencia de la risa tan nata, que por natural, sé que también muere. No creo ni en mi sobra por hipócrita, por miedosa, por esconderse en cuanto llega su mamá, la noche, la oscuridad. Las palabras también me cagan así como aquellas señoras que dicen y entienden únicamente lo que les viene en gana. 


Y por eso me quedo acá, esperando a que el mundo termine de hacer, cantar, decir, de construir mierdas para nada. Y nomás les digo que allá, a donde todos vamos, no hay absolutamente nada. Vámonos haciendo a la idea, vayamos creyendo en eso. Yo digo que más nos vale.

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