1.11.2013

Amor digital


Lo que más me gusta de ti, es que casi no existes. Que eres tan extraña como desconocida y que sólo tienes tres formas. Que estás en un lugar donde la distancia es lo de menos y que te ves bien pero hablas mejor. 

Y no sé si lamentar esto que siento por ti, todo esto que se resume un "bit", un bit viajero. Que nace de la más sincera coordinación motriz entre mi corazón, mis dedos y mis ojos. Que se convierte en palabras que caen sobre las teclas, mismas que viajan por los fierros y telarañas de mi computadora hasta el modem. Y que allí se convierten en polvo digital que sale disparado por una antena, y viaja. Primero pasa por entre los cargadores de mi trabajo que siempre están en la calle como ratas, como zopilotes soñando con putas y goles. Ésos, que si supieras que piensan, en lugar de saludarles les ofrecerías el mejor de los escupitajos. Pero mi mensajero digital no ensucia y sigue. Pasa por la cara de los ancianos con mal aliento, por entre lindas chicas veinticoañeras que visten como quinceañeras para gustarle a sus novios treintañeros artistas que les mienten y las engañan. LLueve, y en nanoinstantes el viajero se resguarda de la lluvia bajo la cola de un perro escondido de la estupidez y frustración humana hasta que el magnetismo lo atrae a un apestoso congal de económicas meretrices y meseros prepotentes de los que ven feo y están bien mamados. Se mezcla con la peste de los tragos adulterados, la música de moda, baños sucios y un ligero olor a mota. Sale como puede, pasa el metro, pasa el camión y reencuentra el camino. Sabe donde estás. Entra por un cable que lo dispara justo a la punta de tu antena Wi-Fi que por cierto, es de color rosa. El bit deja su atuendo de microonda colgado en el perchero de tu modem y se viste con el traje de mensaje. Tu cortafuegos lo reconoce como un "No-spam" y lo deja pasar hasta tu pantalla, hasta tus ojos.

Y justo allí es donde pierdo su pista. No sé si al entrar por lo verde, azul, negro o marrón de tus ojos, se convierte en una mueca, en un latido extra, en una sonrisa, en asco, en suspiro, en un grado centígrado más sobre tu sexo, en un inmediato "Delete" o en un "Like".

Tú sabes quién eres.







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